Lunes, 29 de noviembre
Un cuento para antes de dormir
Dios el Señor dijo entonces a la serpiente: “Yo pondré enemistad entre la mujer y tú, y entre su descendencia y tu descendencia; ella te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el talón.” (Génesis 3: 14a-15)
Esta debe haber sido una de las historias favoritas de los hijos y nietos de Adán y Eva antes de dormir: tenía un buen comienzo, una parte trágica y algo emocionante que esperar al final.
La historia tuvo un comienzo feliz: Dios hizo a las personas buenas y les dio un jardín maravilloso para vivir. Luego vinieron los problemas. Apareció el villano de la historia y tentó a Adán y a Eva para que se volvieran contra Dios. Como resultado la muerte, los problemas y el sufrimiento llegaron al mundo. ¡Qué terrible!
Pero entonces, y esta debe haber sido la parte favorita de ellos, Dios salvó la situación prometiendo un héroe que vendría a rescatarnos a todos. Este héroe sería un ser humano como ellos, ¡pero lucharía contra el antiguo enemigo y ganaría! Le costaría caro y sufriría mucho; pero, al final, salvaría a toda la humanidad.
En este punto, esos primeros niños habrían tenido que irse a dormir. No sabían más que eso. Pero nosotros sabemos más, conocemos el nombre del héroe: Jesucristo, nuestro Salvador, aquel que nació de una mujer, así como nacemos nosotros. Jesús nació para acabar con el poder del diablo y derrotarlo a costa de su propio sufrimiento y muerte. Y sabemos también la mejor parte de esta historia: que Jesús ha resucitado y está vivo para siempre, triunfando sobre la muerte. Y como le pertenecemos a él, también nosotros somos victoriosos.
Señor, gracias por ser el héroe que necesitábamos para salvarnos de la muerte y el mal. Amén.
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(Devocional extraído de la serie: Hijo de la promesa – www.paraelcamino.com)