Martes, 13 de junio.
Las dificultades y el poder de Dios
Es difícil encontrar a alguien que nunca haya enfrentado días difíciles en su vida. Las dificultades cambian el día a día de la vida sentimental, familiar y profesional.
En un momento de dificultad y angustia incluso dudamos de que Dios sea poderoso y que su perfección se manifieste en todas las cosas creadas. Los sufrimientos de la vida pesan. Quitan las fuerzas. Se meten con nuestras emociones. ¿Qué hacer en situaciones que nos provocan un gran desgaste?
El rey David, a quien Dios prometió que nunca dejaría, también tuvo momentos de desesperación y dificultad. Sin embargo, David confió en las promesas de Dios.
En tiempos de angustia, Dios promete fortalecernos y llevarnos en sus brazos amorosos. Se nos enseña que dependemos totalmente de su gracia y misericordia. Jesús vino al mundo y aquí sufrió y murió para que pudiéramos recibir de regalo el perdón de los pecados. Él venció la muerte al resucitar y ascendió al cielo para darnos la vida eterna, asegurándonos que la fe nunca será inútil. No nos desesperemos ante las dificultades de la vida. Es a menudo en estas ocasiones que Dios, nuestro querido Padre, nos tiende la mano y nos dice: _“Ven, hijo mío, estoy contigo”_.
Oremos: Amado Dios, tú eres la fuente de todo poder. Ayúdanos en nuestras dificultades y sufrimientos. Fortalece nuestra fe para que nunca dudemos de tu glorioso poder. En nombre de Jesús. Amén.
Lectura: Salmos 89: 17-26