Hoy. Un día más. Muchas personas pasarán el día con tristeza y sufrimiento. Otras vivirán momentos inolvidables de felicidad. Y muchas más morirán hoy. «La vida pasa pronto, y nosotros desaparecemos» (Sal 90,10). ¡Así que no desperdicies este día! Si es un día triste, que sea bajo el consuelo del Padre. Si es un día de alegría, canta alabanzas y da gracias al Creador. Y si es el día de tu muerte, confía en Jesús y ten vida eterna. Aprovecha este momento y pídele a Dios un buen día: «Sácianos por la mañana con tu amor, para que nos saciemos y nos alegremos toda la vida» (Sal 90,14).
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Oración: Salvador Jesús, no sé cómo será mi día, pero quiero que tú estés conmigo. Soy tuyo, Señor. En tu nombre pido y vivo. Amén.