También ustedes, los jóvenes, muestren respeto ante los ancianos, y todos ustedes, practiquen el mutuo respeto. Revístanse de humildad, porque: ‘Dios resiste a los soberbios, pero se muestra favorable a los humildes.’ Por lo tanto, muestren humildad bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo (1 Pedro 5:5-6).
Me sorprende que hoy en día pareciera que lo nuevo reemplaza a lo antiguo sin pensarlo dos veces. Se habla mucho de innovar, de avanzar, de progresar… pero ¿y el respeto a los ancianos? ¿A los abuelos, a las voces con más experiencia, a esas canas que no llegaron gratis? A veces se nos olvida que mostrar respeto a los mayores no es solo cuestión de educación, sino de obedecer el corazón de Dios.
Pedro llama a los jóvenes a respetar a los ancianos, y nos llama a todos a revestirnos de humildad. En el contexto de la carta, la iglesia sufría persecución, y necesitaban mantenerse unidos, escuchándose unos a otros, apoyándose. La humildad y el respeto mutuo no eran detalles menores; eran esenciales para sobrevivir como cuerpo de Cristo.
Y esta humildad no nace de nuestro esfuerzo, sino de la obra de Cristo en nosotros. Él, siendo el Hijo eterno, honró a su Padre en todo, y también mostró compasión y respeto a los mayores, como cuando atendió a la suegra de Pedro o habló con sabiduría con los maestros en el templo. Cristo nos reviste con Su humildad mediante Sus medios de gracia.
Y cuando fallamos, Él nos perdona y nos capacita para seguir intentándolo.
Mostrar respeto cuando nadie está mirando sí importa. Porque Dios sí ve. Y Cristo te da el corazón humilde para hacerlo, no para tu gloria, sino para reflejar la suya.
Para reflexionar
* ¿Qué te inspira del ejemplo de Jesús al tratar con respeto y compasión a los mayores?
* ¿Qué podrías descubrir si hoy te tomaras un rato para conversar con una persona mayor, aunque sea solo para escuchar sus historias?
Diaconisa Noemí Guerra
Padre nuestro, gracias por enviarnos a Cristo, quien honró a los mayores y nos enseñó a escuchar. Revístenos con Su humildad para mostrar respeto genuino a quienes han caminado antes que nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.


