“Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer y sujeto a la ley, para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y por cuanto ustedes son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!” (Gálatas 4:4-6).
Cuando pensamos en la Navidad, nuestra mente se dirige a los relatos tradicionales que encontramos en los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Sin embargo, Pablo también quiere contarnos la historia de la Navidad, aunque de una manera más sucinta y teológica. En este pasaje de Gálatas, Pablo no se enfoca en los detalles de los pastores, los ángeles o el pesebre. En cambio, destaca el significado profundo de la venida de Jesús al mundo.
Pablo nos habla de “cuando se cumplió el tiempo señalado”. Este es un recordatorio de que la venida de Jesús no fue algo accidental ni imprevisto. Fue parte del plan divino, una intervención de Dios en el tiempo y en la historia, un cumplimiento de promesas que se venían gestando a lo largo de siglos.
Pablo subraya que Jesús “nació de una mujer y sujeto a la ley”, es decir, Él se hizo plenamente humano. No solo vino para vivir entre nosotros, sino que lo hizo para identificarse con nuestra humanidad, para vivir bajo las mismas condiciones y restricciones que nuestro pecado causó a todos nosotros. Esto fue necesario para nuestra salvación.
Finalmente, Pablo revela que, gracias a la venida de Jesús, nosotros somos adoptados como hijos de Dios. No solo celebramos el nacimiento de un niño en un pesebre; celebramos el regalo de una nueva relación con Dios, como hijos amados.
Disfruta las historias tradicionales de la Navidad, pero no olvides cómo Pablo la cuenta: la encarnación de Cristo para salvarnos de nuestros pecados y hacernos hijos de Dios llenos del Espírito Santo. ¡Abba, Padre!
Gracias, Señor, por enviarnos a tu Hijo para darnos nueva vida como Tus hijos. Que esta Navidad recordemos siempre el regalo de ser adoptados en Tu familia. Por Cristo, amén.
Para reflexionar
- ¿Qué diferencia hace para ti saber que la Navidad es el cumplimiento de una promesa divina?
- ¿Cómo puedes vivir hoy como un hijo de Dios, gracias al nacimiento de Cristo?
Pastor Laerte Tardelli Voss, Predicador de Para El Camino


