Al comienzo de otra semana de trabajo, ya miramos a fin de mes, esperando la recompensa por el esfuerzo, el salario. Imagínese si tuviéramos que ganarnos el cielo a fin de mes. Ciertamente estaríamos perdidos. Por eso el apóstol Pablo habla de una nueva vida: “Así que ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. No desecho la gracia de Dios”.
Oración: Salvador Jesús, no dejes que rechace tu gracia. Y gracias por garantizarme la vida eterna. Amén.
Lea en la Biblia Gálatas 2: 15-21