Jueves, 8 de junio.
Castigo de amor
Márcia tiene diez años y es muy dedicada en la escuela. Suele hacer sus tareas con alegría, quiere y respeta a sus compañeros, a la maestra y a su abuela, que la educa como si fuera su propia hija. La abuela, se ha esforzado en poner límites y decirle “no” a Márcia cuando entiende que es necesario.
Padres, madres y cuidadores, muchas veces se ven obligados a poner límites e imponer algún tipo de castigo, con la intención de educar y prevenir males mayores que puedan ocurrir. Nunca debe ser un castigo por el simple hecho de castigar, sino un castigo que se basa en el amor, pensando en lo mejor para quien recibe el castigo.
Dios nos pone límites, en su Palabra, con el propósito de que vivamos mejor con Él mismo y con los demás. Gracias a Jesús, Dios perdona nuestros pecados y nos da una nueva vida de esperanza y paz. Somos sanados por el castigo que sufrió Jesús.
Oremos: Señor, gracias por los castigos que recibí y que me hicieron aprender lo importante. Ayúdame a ver tus límites como signos de tu amor y cuidado. por Jesús Amén.
Lecturas: Salmos 119: 65-72