La lección de los tomates

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Vivo al sur del conurbano bonaerense, en Argentina, donde por lo general hay 2 o 3 grados menos de temperatura que en la Capital u otros lugares. El frío en invierno se siente bastante y es muy común ver grandes heladas.

En la primavera pasada había hecho huerta en el fondo de mi casa, tuve una buena cosecha de todo, pero después no pude volver hacerla por falta de tiempo.

Ayer encontré en una de las tomateras que tenía hermosos tomates.

Cuando tuve la huerta, para tener buenos resultados tuve que regarlos, quitar algunas hojas cuidarlos de los pájaros y distintas plagas, pero a estos nadie los cuidó y ahí estaban.

Y ¿tomates en pleno invierno? Sería posible solo en un invernadero, pero no a la intemperie. La pregunta es con tanto frío ¿cómo florecieron, quien los cuidó de las plagas, de los pájaros y caracoles?

Dios me mostró una vez más que Él hace las cosas como quiere, no importa la lógica, no importa los pronósticos, incluso más allá de lo que nosotros hagamos, en todo está Él.

Hoy tal vez mi esposo salga de terapia, su enfermedad, dicen los médicos es muy compleja, pero yo sé que más allá de la lógica, más allá de todo pronóstico la vida de mi esposo y la de cada uno de nosotros está en manos del todopoderoso, el actuará según su voluntad y la voluntad de Dios es siempre buena para sus hijos.

Dice la Biblia: He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿Habrá algo que sea difícil para mi? Jeremías 32:27.