Cuando necesitamos algún servicio, como la reparación del coche o de la fontanería del baño, queremos un profesional de confianza, que sea una autoridad en la materia. Pues bien, cuando se trata de la vida, Jesús es la autoridad en la materia. En el famoso episodio del Sermón de la Montaña, «cuando Jesús terminó de hablar, las multitudes se maravillaron de su manera de enseñar. Él no era como los maestros de la Ley; al contrario, enseñaba con su propia autoridad». ¿Quieres soluciones para la vida? Siéntate hoy a los pies de Jesús y escucha a la autoridad en la materia.
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Oremos: Jesús, Salvador y dador de vida, perdóname por no escucharte constantemente. Enséñame tu Palabra y cambia mi vida. Amén.