Devociones de Cuaresma

Domingo, 30 de marzo

El Siervo Sufriente

Luego Jesús les preguntó: «Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?» Ellos respondieron: «Nada.» Entonces Jesús les dijo: «Pues ahora, el que tenga bolsa, que la tome, junto con la alforja. Y el que no tenga espada, que venda su capa y se compre una. Porque yo les digo que todavía se tiene que cumplir en mí aquello que está escrito: “Y fue contado entre los pecadores.” Porque lo que está escrito acerca de mí, tiene que cumplirse.» Ellos le dijeron: «Señor, ¡aquí hay dos espadas!» Y Jesús respondió: «¡Basta!» (Lucas 22:35-38).

Jesús estaba a punto de confrontar el rechazo, la persecución, el sufrimiento y la muerte. Sus amigos no tenían ni la menor idea de lo que estaba por suceder, aunque por los últimos 3 años les había estado diciendo lo que el Hijo del Hombre tendría que pasar.

Jesús sabía que había llegado el momento de afrontar el camino del rechazo, el sufrimiento y la muerte, y que tomaría esa copa amarga solo y abandonado. Si bien muy triste, esa realidad nos llena de esperanza y consuelo porque muestra la humanidad del Siervo Sufriente. Jesús entiende lo que es ser desolado en tiempos de necesidad por lo que, cuando sufrimos ese tipo de desafío, podemos confiar en que Jesús comprende nuestro dolor y tenemos la seguridad de que nuestro Dios jamás nos abandonará. Gracias a su sacrificio en la cruz tenemos la certeza de que no seremos descalificados por nuestros errores, sino que seremos útiles para el Reino como los fueron sus discípulos después que lo abandonaron. Es que Dios no rechaza un corazón contrito.

Oremos: Padre Celestial, estoy profundamente afligido porque Jesús tuvo que morir por mis pecados y pagar por ellos con muerte de cruz. Pero me consuela saber que en esos momentos de prueba Él se preocupa, me comprende y me acompaña. Te alabo por tu plan de gracia, y alabo a tu Hijo y mi Salvador por su amor sacrificial. En su nombre. Amén.

PARA REFLEXIONAR_______________________________________________________________

¿Has pensado en el precio que Jesús tuvo que pagar por nosotros?

¿De qué manera respondes a semejante acto de amor?

Diaconisa Perla Rodriguez